Si no sabes responderte esta pregunta, no te preocupes que cuando surgió la pregunta no venía a mí nada que respondiera eso.
Esta idea de traición surgió hace unos días cuando escuchaba un podcast que comentaba las distintas maneras en que solemos sabotearnos, y una era el traicionarse a uno mismo. Yo me quedé pensando sobre esto, pero no logré hallarme en la traición… hasta el día del Aniversario de PAOENLALUNA.
Soy fiel creyente que la información llega a nosotros junto cuando nos estamos relacionando con esa información, cuando la energía está latente. Al día siguiente era el Aniversario, y tenía mucho planeado, todo lo que les mandé en el newsletter anterior, pero lograr sacarlo se convirtió en una travesía.
Ese día coincidió con el tener que ir a IKEA a devolver un mueble y comprar cosas, cosa que terminó llevándose todo mi día, y aunque fue productivo, cuando llegué a la casa, me costó ser responsable con celebrar el Aniversario. En la noche, el mar humor me visitó, y al día siguiente, una sensación de tristeza impregnó mi lunes.
No era la primera vez que me sentía así, ya había pasado por el mismo lugar. Por suerte, en la tarde tuve cita con mi psicóloga y todo llevó a que en efecto me había traicionado a mí misma, por no dame una celebración digna para PAOENLALUNA.
Literal, fue al día siguiente de cuando escuché sobre traicionarse a uno mismo, y por la sensación que sentí en mi cuerpo, me di cuenta que este escenario ya ha sido algo recurrente.
¿Cuántas veces después de un día, o en un momento random te inunda en tu cuerpo una sensación de tristeza como si alguien te hubiese defraudado?
Esa sensación proviene de nuestro niño interior (¿se acuerdan de Mercedes?), que se siente herido porque no abrimos espacio para escuchar lo que necesita. Mercedes quería crear, celebrarse y yo cancelé su fiesta por prestarle atención a otra cosa.
A veces, es en cosas más pequeñas, como el querer quedarse 10 minutos más en la cama, comerte ese chocolate o el pararte unos minutos de la computadora para estirar los pies.
¿Cuántas veces no traicionamos nuestra necesidad por lo que “debemos”, “tenemos” que hacer?, o para sustentar una creencias que hace que repitamos constantemente una sensación de abandono hacia nosotros mismos; o por miedo a que “alguien nos regañe si no lo hacemos”. Hoy caí en cuenta que ese alguien, ya no es papá-mamá-maestro de colegio, sino el juez de nuestra cabeza que ahora encarna esos personajes y compró su versión.
La clave está en estar atentos a las reacciones del cuerpo. Nos volvemos expertos en evadir esas sensaciones incómodas porque hemos estado acostumbrado a que esas emociones es más sencillo anularlas, por la falta de herramientas que tenemos para atenderlas. Nadie no enseñó como lidiar con ellas, más allá de la negación… “no estés triste”, “no te molestes”, “no tengas pena”, “no tengas miedo”. Por eso, nos volvemos expertos en negar aquello que surge en nosotros.
Cuando eso que surge en nosotros, trae siempre información, porque contiene la esencia que nos va a permitir sentirnos realmente plenos con nosotros mismos. El cuerpo y la emoción están reflejando la necesidad de hacernos cargo, de no seguir repitiendo el patrón de traicionarnos, abandonarnos o defraudarnos. Sino de proteger a nuestro niño, para que nos inspire el juego de disfrutarnos en nuestra vida adulta.
En el libro “Quiérete como nunca te ha querido”, por acá les dejo la foto para que lo consigan porque es corto, pero poderoso. El autor da algunas claves para proteger a nuestro niño interior:
Conoce los límites y desencadenantes de tu niño interior:
Aquí es clave soltar el juicio de lo que está bien o está mal y reconocer las reacciones instintivas que surgen en nosotros para saber lo que nos hace mal (reaccionamos desde el cuerpo, o impulsivamente, se siente pesado), o lo que nos hace bien (nos sentimos ligeros, como si pudiéramos hasta bailar)
Establecer límites externos e internos:
Necesitamos cumplir, para crecer como adultos, pero también necesitamos relajarnos para disfrutarnos como niños. Va de darle espacio a cada uno, cuando es el momento de cada uno. No va de negar ninguno, va de que tanto como el adulto y el niño se escuchen.
Comunica los límites con claridad y habla con tu niño interior:
Hay que conciliar la resistencia antes de avanzar. Hay que primero escuchar lo que detona las reacciones infantiles o disparadores emocionales, para darle espacio y desde ahí, ir mostrándole a nuestro niño nuevas formas de crear hábitos, para que los empiece a asociar como estimulantes y no con el que “por ahí se viene un regaño”.
Suelta el control:
La más difícil, lo sé, siempre digo, es inevitable que seamos seres controladores, al tener la razón lo pasamos todo por nuestro filtro de ver las cosas. Pero aferrarnos a él, genera rudeza, tensión y pocas ganas de estar en nosotros mismos. A veces, es más sencillo entregarnos y permitirnos ver lo que la vida tiene para mostrarnos, dejar al niño jugar, para que registre nueva información y así el adulto no reaccione con el condicionamiento del pasado, sino que empiece a crear su propia versión.
Toda esto me surgió esta semana, post Eclipse. Fue literal como “ajá, llegó tu momento de poner en práctica todo lo aprendido”. Lo confieso, mi primera reacción fue evadirme y no hacerme cargo. Tenía resistencia de sentarme a escribirles esto porque todavía surge la pena de verme a la cara porque todavía la herida sigue de visita.
Y sí, son cosas tan simples las que pueden desencadenar días de estar afligidos y como si todo el trabajo de amor propio que hemos hecho se anulara. Pero ahí, es donde el adulto tiene el poder de decirle al niño y mostrarle todas las herramientas por las que hemos trabajado para cada vez hacernos cargo de nosotros y estos son los momentos para aplicarlas porque sabemos que el premio es el resultado de sentirnos protegidos y atendidos.
Si no nos damos valor y no sabemos qué valoramos, mucho menos sabremos encontrar un espacio para nosotros en la vida, y viviremos presos de esas sensaciones que nos alejan de nosotros.
Este 19 de mayo tenemos la Luna Nueva en Tauro, una Luna ideal para conectar con esto que les he hablado por acá, y hacer rituales que nos permitan crear esa conciencia corporal, el darnos valor, el vivirnos en placer y desde ahí percibir los canales de abundancia que la vida tiene para darnos.
Te invito a que hagamos juntos un ritual, en donde vamos a intencionar para conectar con la energía del placer, la abundancia y el dinero, para sanar nuestra relación con el merecimiento y además rendirle honor a Venus, la diosa que rige a Tauro y que nos conecta con el amor hacia nosotros mismos y cultivar una autoestima de manera que nos sintamos inspirados y desde ahí expandidos.
El 20 de Mayo tendremos Tribu EN LA LUNA Experience, un evento online donde pondremos en práctica esto, donde además tendremos una invitada especial que nos regalará una herramienta para darnos valor en el presente, pronto les chismeo quien va a ser.
Para inscribirte y recibir más información, puedes hacerlo en este link: https://www.paointhemoon.com/enlalunaexperience
“Venus no hace nada para que la amen, porque ella es la esencia de la amada”.
Mayo está cargada con una energía de Tauro importante, por lo que la conexión con Venus va a ser fundamental para descubrir los tesoros de unas de las cualidades más placenteras del alma.
Sanar a nuestro niño interno, en parte viene, de sanar nuestra relación con Venus (con esto conectaremos el 20 de mayo). Para rendirle honor a Venus, acá estoy tomándome un vino en su nombre mientras le relato esto.
Saben que siempre me encanta leer lo que me escriben de lo que les mueve o como conectan con estas cartas, así que si te surgen las ganas de responder, siempre leo y respondo. Besosss, Pao!!