No es casualidad de que la única forma de que veamos la sombra es a través de la luz y que a mayor luz, mayor es la amplitud de la sombra.
Y es que iluminar implica develar, y en ese develar nos damos cuenta que lo desconocido es más amplio de lo que imaginábamos, la sombra nos refleja que hay mucho más en nosotros de lo que creemos que somos, Jung llamaba a la sombra las potencialidades de la vida no vivida.
La Sombra es todo aquello que se encuentra dentro de nosotros, pero que nuestra personalidad consciente no reconoce, porque no se asocia a la idea que hemos construido de nosotros (nuestro Ego), y automáticamente rechaza todo lo que pueda mostrar, haciendo que el encuentro con ella genere incomodidad.
Esa incomodidad genera una respuesta emocional, el rechazo es inmediato y moviliza nuestra interioridad. La emoción, es la que nos avisa que ese contenido necesita ser visto por nosotros, por eso nos vibra desde adentro, aunque en una primera capa las sensaciones sean incómodas, esa es la defensa del Ego, que está muy cómodo con lo que cree que es.
Inciso de que el Ego no es el enemigo, de hecho, integramos la sombra para expandir nuestro Ego, porque él nos da sentido de identidad. Cuando hay un Ego débil o herido, nos encerramos en nuestras creencias, pensamos que lo que somos es lo único que podemos ser, y es el trabajo con la sombra lo que nos invita a tener un Ego fuerte y así expandir la consciencia.
El diálogo con la sombra se suele dar a través de la proyección, ahí vamos hilando su forma, y por eso, cada interacción en nuestra vida nos sirve de referencia para reconocer aquello que, por nosotros mismos, nos cuesta reconocer. Y por eso de cada relación salimos renovados, aprendiendo nuevas cosas de nosotros, entendiendo que otras ya no nos representan.
Y es en ese iluminar: lo que pienso, siento y enjuicio del otro (para bien o para mal), que se va mostrando ese contenido en sombra y la clave está en recoger la proyección, internalizar que eso que veo del otro, dice más de mí que del otro. Ayer justo leí, “cuando uno etiqueta a alguien, se defiende de uno mismo”.
Integrar la sombra es liberar al ser, es soltar las cadenas, es expandir el alma, es vivir en autenticidad 🦋
El trabajo con al sombra es de lenta digestión, la psique es muy sabia y sabe cuáles son los ritmos de cada quien, cada viaje es muy personal, pero el llamado es claro: en el primer momento que algo se siente incómodo, algo no se termina de sentir bien en nosotros, por más que hacemos lo que hacemos no nos terminamos de sentir conformes o existe un espacio de mi vida en el que hago me genera conflicto, ella nos está invitando a su explorar su contenido.
Existen muchas herramientas para trabajar la sombra, para mí la principal es la terapia, el terapeuta sabrá guiarte, a tu ritmo, para hacer ese viaje al inconsciente e iluminar los contenidos reprimidos. La terapia, como el trabajo con la sombra es de lenta digestión. Recuerda que el Ego necesita defender su lugar, por eso la terapia necesita su tiempo, pero te prometo, que el tiempo es parte de su magia. El trabajo es más sutil, más profundo y sanador.
La segunda, la Carta Natal 🪐 qué mejor que la fotografía de nuestra psique que nos muestra todas las potencialidades de nuestro ser, es una guía para conocer toda nuestra energía, ahí podemos ver reflejado aquello que reside en nosotros, y en ese dar forma vamos haciendo el viaje para liberarlo y expandirlo.
La tercera, la escritura ✍🏼 al escribir nuestros pensamientos, sin juicio, ni filtro, abrimos la puerta para ver, todo aquello que pensamos, que no solemos estar consciente de todo lo que pensamos y los pensamientos siempre están chismeando las formas de nuestra sombra, a través de cada juicio que expresan.
La cuarta, crear espacios de reflexión, hacerte las preguntas, y recibir las respuestas, leer otros autores y conocer otros puntos de vista, siempre preguntarte que hay detrás de tus verdades.
Es salir de tu comodidad mental, que con el algoritmo cada vez es más fácil quedar encerrado en el loop de lo que intuye que nos interesa, mostrándonos siempre lo mismo, alimentando lo que en teoría le da seguridad a nuestro Ego; La clave es permitirte explorar otros puntos de vistas, que existe más allá de tus intereses.
Si quieres abrirte a explorarte en nuevos autores y además, tener a la Astrología como guía, justo voy a empezar un viaje con mi comunidad de suscriptores de Instagram, Un Book Club del libro: Quirón y el don de la herida de Alejandro Lodi.
Vamos a trabajar la energía de Quirón, ese punto de la Carta que refleja la sensación de que hay algo en nosotros que no termina de ser suficiente, y en su búsqueda de llenarlo vamos consiguiendo nuestros dones.
El viaje comienza este domingo 19 a las 11:00am (hora de Miami), vía zoom. La comunidad de suscriptores tiene un precio mega especial, pero si por alguna razón no te puedes unir a los suscriptores, puedes inscribirte fuera de la comunidad, y va a tener un costo de $22 (USD) mensuales, puedes apartar tu cupo para el Book Club en este link: https://wa.me/13057640804
Yo les envío el libro en PDF, y vamos a tener la posibilidad de ir explorando nuestros Quirones natales, aprendiendo de este planeta clave de nuestra carta y creando un espacio íntimo de comunidad, ¡amaría tenerte por allá!, y así, junto a la Astrología, seguir integrando todo aquel contenido en sombra que pide ser iluminado.
Acá te dejo una cita de libro:
“Quirón es un planeta menor; sin embargo, cada vez se valora más su importancia en la carta natal, ya que indica algún aspecto de la vida donde tenemos una herida profunda que, consciente o inconscientemente, intuimos que nunca podremos curar. Algunos les aflige en el área afectiva, a otros en alguna vocación frustrada y a otros a través de alguna enfermedad, mas siempre se trata de un tema que nos duele y que no podrá ser solucionado, no importa cuánto nos esforcemos en intentarlo. Dice Alejandro Lodi que desarrollar conciencia es aceptar esa polaridad entre felicidad y sufrimiento, la imposibilidad de disociar uno del otro. La función de Quirón —afirma— es recordarnos esa clave: en el corazón de la desgracia está la gracia, y en el corazón de la dicha, la desdicha.”
Con amor, desde mi Luna, Pao!