Todo llega cuando estamos preparados para transitarlo y recibirlo, confía, que el tiempo es sabio, porque lo que transitas hoy es el mayor regalo, ¿lo reconoces?
En sesiones, en conversaciones con amigas, y más importante en mi viaje personal, ha saltado un tema y que en este momento me llega como una chispa de claridad que quiero compartirles en las letras de hoy.
Este insight viene de darme cuenta que la mayoría estamos inconformes con nuestra realidad porque estamos empeñados en aquello que falta “para que todo sea perfecto”.
“Cuando tenga la pareja, el trabajo ideal, mis hijos, o finalmente me mude al país de mis sueños; cuando el proyecto finalmente se expanda, o tengo la vida financiera que merezco”.
Y no hay nada malo con saber qué querer y mucho menos con desear más y mejores cosas para nuestra vida, pero siento que la trampa surge cuando nos quedamos atrapados en lo que falta, dando por sentado o no reconociendo lo que hemos podido construir hoy y que probablemente alguna vez lo soñamos.
Te has preguntado, ¿qué pasaría si consigues eso que tanto anhelas?, una vez que lo tienes, ¿qué hay después de eso?, y más importante, ¿crees que puedas darte el permiso de disfrutarlo?
Cuando estamos inconformes con nuestra realidad actual, nuestro cuerpo está habituado a esa inconformidad, ya sabe cuales emociones, pensamientos y sobre todo sensaciones reflejarnos para seguir habitándonos en eso que volvimos nuestra identidad. Y hasta que no reconozcamos que es una sobre-identificación y no una realidad, ese malestar, peso, que se suele colgar en los hombros nos seguirá acompañando.
Es casi por a fact que cuando viene el logro y no sabemos sostenerlo viene de la creencia que nos hace pensar: “no está bien que me sienta así de plena/o”, y automáticamente metemos en el saco actual aquellos aspectos de nuestra vida que no están bien y podrían estar mejor.
O hasta, desvalorizamos los micro-pasos de hoy que nos llevarán a ese sueño, y tal vez tenemos el mindset de queja porque no estamos donde queremos estar, sin darnos cuenta que lo que hacemos en el día a día es lo que nos va a llevar a ese lugar.
Es como si queremos la meta, pero no le damos el valor al camino que hay que construir para llegar a ella. Conozco personas que han llegado a la cima de sus sueños, y no la pueden ver, porque no saben como se siente el darle valor a lo que se tiene. El cuerpo, no sabe como responder.
En nuestra Carta Natal, hay un punto clave que nos lleva a esta valoración, y ella contiene la energía de nuestro autoestima, merecimiento y sobre todo el disfrutar plenamente de todo aquello que deseamos y amamos. Es Venus, y como Planeta personal, ella forma parte de la energía que nutre nuestro Ego (sentido de identidad). Porque es en lo que amamos donde proyectamos lo que valoramos y le damos valor a lo que somos.
Y aunque Venus es una energía hermosa en la teoría, en la práctica la desnutrimos con muchas heridas, porque su contenido, ha sido arrojado a la sombra de la psique colectiva, y cuando queremos reflejarlo ya está lleno de muchas condiciones: todos queremos explorar nuestra sexualidad, pero no demasiado porque no me pueden ver como una cualquiera; todos queremos disfrutar de los placeres, pero no demasiado porque no se me ve como productiva; queremos tener abundancia financiera, pero no demasiado porque la gente que tiene dinero no es buena *inserte aquí cualquier creencia*
El amor, el sexo, el dinero, el placer, la autovaloración y autoestima, son cosas que si mostramos demasiado condenamos, pero son esos temas los que dominan nuestra constante sensación de insatisfacción.
Lo hermoso de la Astrología, es que así como nos revela donde puede estar el “problema”, también nos refleja lo qué necesitamos para solucionar ese problema. Y Venus, en su esencia, lo que busca es el placer.
¿Cómo crear una forma de ver la vida en la que me permito valorar lo que tengo?, empezando por las pequeñas cosas, por más cliché que suene. En tus espacios de intimidad, si no hay presencia, placer y gozo, ¿cómo crees que lo va a haber en lo externo?
Comenzar por lo que ya tenemos.
—Darnos el permiso de saborear cada bocado de los alimentos, honrando la satisfacción por llenar algo que falta (la sensación de hambre).
—Disfrutar nuestro momento de baño, como un espacio sagrado donde limpiamos la energía cargada del día, para volver a nuestra pureza.
—Respetar nuestros espacios de sueño, como el descanso que merecemos para despertar con energía cada día.
—Sentir el sol en el rostro y su calidez que nos inyecta de vitamina D, o la brisa que toca la piel y que nos refresca los pensamientos.
En presencia, si disfrutamos de esas pequeñas cosas, vamos a entrenar a nuestro cuerpo mostrándole que eso es lo que estamos buscando habituar, y a partir de ahí, se va reflejando en lo macro. Es que esto aplica hasta con el sufrimiento, dejar de sufrir el sufrimiento por querer ir en contra de él, porque es en ese dejar la emoción salir que se abre el espacio para que surja la calma.
Cuando reconoces lo que te da placer, se te hace más sencillo tomar decisiones, porque puedes reconocer en el hoy, qué de tu vida te lleva a un mal lugar, y qué de tu vida se siente bien. Es un medidor que si conectamos con ella, nos traslada a la búsqueda de nuestro bienestar.
Quiero que pienses un poco, de si hay algo que tengas hoy que una vez lo soñaste con mucha fuerza, ¿lo vives desde el placer de haberlo conseguido, o lo opacas por micro quejas del día a día?, más importante: ¿todavía lo reconoces, o ya se te olvidó que una vez lo anhelaste con mucha fuerza? —Con esta reflexión, regálate unos minutos para escribir y honrar esos sueños cumplidos.
Uff, una reflexión un poco profunda, tal vez ¿densa?, pero quería regalarles bien toda esta idea, porque está energía de Venus, de Enero a Mayo, será clave… nos estará mostrando esos puntos que ya no podemos seguir padeciendo desde el malestar, porque va a pujar la necesidad de sentirnos tranquilos, plenos, satisfechos y que finalmente podamos disfrutarnos en aquello que venimos padeciendo por mucho tiempo.
Sacar sabiduría del dolor
Regalarle a la victimización compasión
Mostrarles a las heridas repetidas los avances para su sanación
Escuchar con calidez a nuestro impostor, y mostrarle que es nuestra la vida que transitamos
Marzo es el mes más fuerte con ella, porque en su retrogradación, nos va a mostrar los temas del pasado que no nos permiten disfrutarnos en el hoy, hay que escuchar, liberar, soltar, sanar, y agradecer. Esos espacios no tan agradables, también suman para llegar a todo aquello que anhelamos en nuestra vida, y nos van mostrando con mayor claridad, lo que sí merecemos, y en donde sí queremos estar. Y eso, hay que honrarlo.
Con cariño, desde mi Luna, Pao!
"Porque es en lo que amamos donde proyectamos lo que valoramos y le damos valor a lo que somos" ... no sabes lo que está frase me hizo conectar con un pensamiento que he estado masticando últimamente sobre mi valor personal y el deseo de sentirme deseada y " reconocida"; Era algo tan obvio, pero la misma obviedad, tal vez, lo ocultaba un poco. Tengo a Venus en Capricornio Natal y en casa 11... escribiendo descubrí que hay una necesidad latente de sentir que soy re-conocida por el otro... estoy trabajando una forma de encontrar valor en mi persona desde otros lugares más volcados hacia lo interno y no hacia el " hacer, ganar o lograr", no dudo que esta retrogradación sea parte de este proceso. Gracias por compartir! Acá una seguidora más.
Gracias por este post! Está súper claro 👌🫶