Detenerse y respirar es volver a casa.
A veces caigo en ese pequeño hueco de preguntarme por qué es más fácil habitar el afuera que habitar el adentro. Por qué el trabajo interno refleja tantos miedos, ansiedades y angustias que defienden el escucharme, o la desesperación por no saber encontrar la calma. De por qué el cuerpo guarda tantos sistemas de defensas que bloquean el acceso a la intuición, o el miedo a entregarse a aquello que sabemos nos va a llevar a un mejor lugar.
A veces me cuestiono por qué lo malo tiene más peso que lo bueno, de por qué el dolor lleva la batuta y no deja ver los instantes de alegría que también formaron parte. De por qué la herida tiene más piso, que los recuerdos que promueven la sanación.
Llego a la Astrología por la intuición velada de curiosidad que mostraba la necesidad de darle una explicación a todos esos a veces que en su momento eran siempres. Y así empezó un viaje, conseguí oro, todas las respuestas estaban ahí, no eran flashes en mi mente, era un gráfico que reflejaba la raíz y las múltiples formas en que lo vivía, no era una mentira, era una realidad, pero tampoco era algo estático, su aceptación mostraba su liberación.
Ya no podía excusarme, el único compromiso era empezar a verme. Lo más duro ha sido ver que no era mi mamá, papá, amigos, pareja, el país, la sociedad, el sistema… sí, hicieron cosas, pero la decisión de habitar y hacerme daño con el recuerdo doloroso fue mía, tanto así que decidí olvidar los que estaban llenos de alegría. Al final, han sido espejos de todo lo que necesité exponer en ellos para poder ver las historias que decido habitar en mis adentros, o mejor dicho, para defenderme de mirar hacia adentro. Ahí entendí el por qué siempre me consigo personas que a través de comentarios o acciones resaltan la misma herida.
Y esto ha cambiado, son cada vez menos los comentarios que me hacen daño y cada vez más los que estimulan el trabajo que he venido experimentando. Al final es el tono que decido registrar de cada interacción social. Por eso, personalmente pienso que, el autoconocimiento me lleva a una vida más consciente y plena, porque puedo detectar quién está interactuando con la vida, si la herida o mi ser consciente.
La Astrología nunca ha definido mi vida, yo me he buscado a través de comprenderme en lo que me muestra, debato teorías, revisito otras que en su momento no entendía. Entiendo, por ejemplo que mi Luna en Virgo necesita solucionar cualquier grieta, y no admite errores emocionales, pero también me ayuda a analizar y entender que esos errores muchas veces son aciertos, porque en su sensación me da la información que me ayuda a sanar la herida para darme lo que necesito.
La Astrología me ha llevado a salirme del ritmo social, y en mi Carta y movimientos, encontrar mis propios ritmos. No puedo ser igual a los demás, porque mi sistema siempre está buscando llevarme a mi lugar.
Y así el trabajo con la energía, cada temporada, aspecto o tránsito, nunca ha definido lo que me pasa, estos años practicándola me ha llevado a voltear la mirada cada vez que miro al cielo y tener que preguntarme: ¿qué está reflejando esto de mi propia energía?, ¿cómo me llevo con esto que muestra?, ¿qué parte de mi historia refleja esta energía?
Las estrellas marcan un Patrón, y el trabajo es ¿quién soy yo en ese patrón?
Si la temporada Tauro es presencia y calma, ¿cómo me siento con la calma y el presente?, y se eleva el clima, que nos presentan situaciones que nos llevan a interactuar con ese patrón, para algunos serán instantes de plenitud para otros de desesperación, porque depende 100% de cómo estamos decidiendo habitar esa energía.
Y te traigo esto hoy porque estamos en la temporada Tauro que nos invita a detenernos para registrar, sentir el cuerpo, habitar las sensaciones y aterrizar en el piso que estamos construyendo. Y creo que es un patrón que si nos permitimos registrar y habitar a nuestro ritmo, nos puede llevar a esa vida consciente. Porque en ese detenernos, respirar y observar, nos damos cuenta que la vida es hoy, y es hoy que vamos construyendo nuestro lugar.
De tanto correr, del miedo de que un algoritmo me ignorara, de quedarme atrás y lo que tanto amo que he creado no pudiese tener su lugar, me iba perdiendo, molestando y habitando x1000 todas mis heridas.
Y hoy, con la energía de Tauro (después de 8 años transitándola conscientemente con la Astrología, unos cuantos eclipses en esta energía y Urano cambiando la perspectiva), entiendo que cuando me detengo a pintar, a escribir, meditar, hago yoga, bailo, leo el libro, juego con mi gato, hago una siesta con mi esposo, me detengo a ver el atardecer o a recoger una flor, cuando me siento a escribirte esto y me quedo viendo 5 minutos las luces de la ciudad en la noche por mi ventana, en mi té, en el chisme que me tenía mi amiga en plena tarde, el hacerme mis comidas, el no contestar el teléfono hasta después de haber hecho mi rutina en la mañana, el no hacer consultas los fines de semana, el saber que un día de cansancio lo compenso con un día lleno de energía, el mirar al techo mientras escucho mi música, y cada pausa que parece no tener que ver nada con mis sueños, pero crean historias en mi piel que me estimulan y le quitan espacio a las heridas, para volverse casa; he sentido como mis sueños se vuelven parten de la vida, porque vivirla esta siendo mi sueño, y además encuentran un piso en el que se siente placentero caminar. Mi piso.
Creo que si llevas tiempo leyéndome verás que no te comparto la típica visión de la Astrología de horóscopos y futuro. Soy una entusiasta del presente, como decía Cerati “siempre es hoy”, y una enamorada de este mapa que nos muestra todas las capas de nuestra interioridad. Quiero guiarte a que descubras cómo vives tus patrones y tomes decisiones consciente a través de quien eres, de sacarle provecho, usar a tu favor a todos esos patrones (mundo de posibilidades) que habitan dentro de ti.
La astrología te muestra tu historia y te acompaña a crearla desde tu propia piel.
Te dejo estas preguntas para que te descubras en este energía de la Tauro Season: ¿has tenido espacios para aterrizar en ti?, ¿cuáles son?, ¿cómo te sientes cuando le das lugar?, ¿que sientes después de habitarlos?
En todo este flow de presencia, he escuchado música de mi país, ganas de conectar con mis raíces para cambiar percepciones y habitar nuevas historias, y les quiero compartir esta que es un calorcito a alma, contiene mucho de lo que les compartí en este escrito:
Y la pintura, en estos últimos meses se ha convertido en mis instantes de presencia y conexión favoritos, hay algo fascinante en descubrir esas formas que salen del Canvas cuando juego con los colores. Una analogía hermosa para que en esos momentos de no tener claridad, colorear el día con lo que somos, para vernos en nuevas formas.
Gracias por leerme y llegar hasta acá, te abrazooo, desde mi Luna, Pao!
Me encanto!!!!!!
Hermoso!