Ayer fui con mis amigas a un estudio de yoga, estos estudios que tienen espejos al frente, lo que hace que te veas prácticamente toda la clase. Me conseguí con un discurso que no suele ser habitual en mí, pero que ayer me di cuenta que si existe: juzgar mi cuerpo.
El juicio tomo lugar, fui muy dura conmigo, frustrada también porque en teoría yo no era del tipo de persona que se juzga con su cuerpo. Al salir, le comento a mi amiga que tengo que cuidarme más porque ya tengo unos rollitos y estoy hinchada, a lo que ella me mira extrañada, porque no comparte esa percepción.
Hoy amanecí escribiendo sobre esto porque fue un tema que me movió, y esto es lo que amo de la escritura porque me da perspectiva, caí en cuenta que hace dos días mi amiga me dijo algo sobre un pantalón que ella tenía y como le disminuía sus pompas, mientras se veía al espejo, y mi reacción fue que estaba exagerando porque me parecía que le quedaba con mucho estilo.
¿Te diste cuenta como ella no vio en mí lo que yo veía y yo no vi en ella lo que ella veía?
¿Por qué somos más suaves con las otras personas de lo que podemos ser con nosotros?, a las personas que queremos les solemos ver sus atributos, lo que los hace ellos, por eso cuando nos sacan un comentario negativo sobre ellos, no lo compartimos y buscamos hacerlos sentir bien.
Pero basta que tengamos un espejo al frente, para que lo primero que surja sean nuestro “defectos”: me salió una pepa, el cabello amaneció raro, estoy mas hinchada, mi nariz se ve más grande hoy, estoy ojerosa, estoy muy flaca, estoy engordando *inserte aquí cualquier comentario que hayas experimentado al verte al espejo*
Y al final, el espejo solo nos está reflejando a nosotros… si queremos sentirnos amados, ¿cómo podremos recibir amor, si no sabemos recibirlo por nosotros mismos apenas nos vemos?, cuando además, casi nunca nos estamos viendo, por esto hay que ayudarnos a entrenar el ojo para vernos.
Les he hablado mucho de como las relaciones son un reflejo de nuestra propia relación, de como vivimos proyectando lo que necesitamos, cómo nos vemos, lo que deseamos, y cómo nos tratamos a través de lo que vemos en ese otro. Pero también quiero rescatar, que así como nuestra mirada se suaviza con ese otro, amando lo que los hace ser ellos mismos, esa misma suavidad puede existir para con nosotros, porque viene de nosotros.
Mañana 29 de septiembre, tenemos la Luna Llena en Aries, que es el Signo del Yo; las Lunas Llenas siempre se dan en oposición al Sol, que está en Libra, el Signo del Nosotros y que refleja a la Luna, iluminando el contenido Ariano lunar, a través del contenido librano solar.
Es una energía que nos muestra como a través de nuestra relaciones, del otro, se muestra el resultado de la relación que tenemos con nosotros mismos: cómo nos tratamos y nos percibimos. Es una energía que nos invita a recoger de nuestras dinámicas personales, todo aquello que nos genera un conflicto interno, no para padecerlo, sino para sanarlo y liberar aquello que nos limita de ser.
Y si a eso le sumamos que estamos en la Temporada Libra y los Eclipses los tendremos en Libra y Tauro, ambos signos regidos por Venus; es nuestra querida diosa del amor, la valoración, el autoestima, y el deseo, quien está pidiendo nuestra atención. Ya no podemos seguir siendo víctimas de nuestras dinámicas personales y menos de nuestra propia mirada, algo se necesita transformar y esto empieza por nosotros mismos.
Saben como siempre les digo que la energía refleja nuestras realidad interna. Por eso, quería compartirles esta anécdota, que para mi no es casualidad recibir esta información justo cuando estamos vivenciando esta frecuencia energética. Parte de esa percepción que tuve en el espejo, es porque sí, por un lado, me suelo dejar para después en prácticas que me ayudan y me hacen bien, como el ejercicio, caigo mucho en el sedentarismo y eso me baja la energía y el ánimo, y mi mente, como forma de castigo, me dio ese trago amargo.
Nunca he sido una persona obsesionada con su cuerpo, y siempre he buscado que me guste mi naturalidad (muy mi Venus en Aries), pero así como he buscado mucho sentirme bien con mi mundo interno, llegó el momento de hacerme cargo del externo. Ahora, el viaje nunca es a través del juicio, rescato la suavidad con la que veo a las personas que quiero, porque es a través de esa suavidad que el trabajo se hace más ligero, más a gusto y me lleva a quererme como también quiero que me quieran.
Te invito a que reconozcas tu mirada cuando ves a esas personas que quieres, que admiras que constantemente ves lo que les hace ser único. Ahora mírate al espejo y búscate en esa mirada, te lo prometo, todo lo que vemos no es más que una percepción.
Gracias por llegar hasta acá y leerme. Me encantaría saber como estás viviendo esta energía, sabes que siempre leo sus respuestas. Y si sientes que esta reflexión pueda conectar con alguien más me haría muy feliz que la compartieras.
Con amor, desde mi Luna, Pao :)